01 julio, 2009

Vida después de la muerte

Reunidos en un extraordinario Cónclave Internacional de Teología, se encontraban los teólogos más representativos del budismo, islamismo, cristianismo, taoísmo, hinduismo y el judaísmo, deliberando sobre el gran vacío existencial que se cernía sobre la sociedad global y en medio de todos ellos se hallaba el Maestro, quien no pertenecía a ninguna de las delegaciones.
“Han perdido la fe en la vida eterna” dijo uno de ellos.
“El abandono de su vida espiritual los ha llenado de confusión y frustración”, dijo otro.
“A muchos ya no les importa el destino de sus almas” dijo uno más.

En resumen todos se preocupaban por encontrar la forma de hacer que las personas recuperasen el interés por su existencia en la próxima vida.
Cuando de pronto el Maestro interrumpió el atribulado diálogo, diciendo:
“Si ustedes lograsen todo ello, ¿en qué ayudarían a esas personas?”
“Les daríamos más sentido a sus vidas y familias”.
“¿Y eso no es hacer una tarea ajena?”
“Pero es justamente para ello que tienen la religión”
“No”, dijo el Maestro. “Para eso se tienen a sí mismos.”
“Entonces, ¿para qué estamos todos nosotros sino es para ayudar a cambiar sus vidas, no cree usted que necesitan ayuda?”, expresó el más antiguo del grupo.
A lo que el Maestro respondió: “El cambio es todo un proceso, a veces muy largo a veces muy tortuoso. En cambio la iluminación de una existencia se puede producir en tan solo un instante. ¿Podrían ustedes ayudarlos a lograr esto?”

Entonces el representante que lideraba el Cónclave se puso de pie y dirigiéndose al Maestro, le reclamó: “Y usted de qué lado está?”
“De todos los lados y de ninguno”, respondió.
“Y dónde se encuentra su templo?”
“Aquí mismo”, dijo él.
“Finalmente díganos ¿quién es usted?”
Y el maestro respondió: “Soy este momento”.

Luego de este desconcertante diálogo, más tarde sus discípulos intentaban obtener de él el mensaje de sus palabras. Él simplemente les dijo: “Muchos me preguntan ¿tendré vida después de la muerte? y yo les pregunto, ¿tendrás vida antes de la muerte?”.