De pronto, no resistiéndolo más uno de los asistentes más afamados, que no terminaba de aceptar los métodos del Maestro, al notar que nadie se atrevía a decirle nada se puso de pie para reclamar que nada le había sido enseñado, pues nunca recibió una respuesta clara, lógica y categórica a ninguna de sus preguntas y por tanto, se sentía muy desengañado y defraudado.
El Maestro, notando su frustración le dijo: “Está bien, puedes preguntarme lo que quieras, pero antes permíteme una última pregunta: ¿te gustaría volver aquí el próximo año?”
Entonces el participante que era el profesor más reconocido de la universidad más reconocida del mundo, queriendo aprovechar la oportunidad de desairar al Maestro respondió:
“Jamás! Debo decirle con mucho respeto que odiaría que me enviasen aquí nuevamente. Lo siento”.
“Excelente! Muchas gracias. Y ahora dime, ¿cuál es tu pregunta?”
“Para ir al punto, ¿podría usted decirme cuando puede uno comprobar que se ha convertido en el mejor maestro del mundo?”.
“Simple. Sabrás que te has convertido en el mejor del mundo, cuando dejes de escribir libros y tus clientes empiecen a odiarte”, concluyo el Maestro.
DIES