01 abril, 2010

El Viaje

Eones de tiempo atrás, encontrábase el Maestro con su discípulo principal, ubicado en el palco de honor para presenciar el asombroso espectáculo del nacimiento de un nuevo universo. 

De pronto el conductor de ceremonias dio inicio al intemporal acontecimiento con la presentación de la célebre partícula, conocida en el ambiente científico, como la Singularidad, cuya acelerada dinámica expansiva terminó generando el también famoso Big Bang y a partir del cual, todos los privilegiados espectadores presentes, pudieron observar el origen y creación de los primeros átomos, estrellas, galaxias, constelaciones, la materia oscura, los sistemas y cuerpos celestes, incluyendo la formación del sistema solar terrestre y el surgimiento de las primeras manifestaciones de vida en los océanos, los estromatolitos. 

Continuando con el mega evento, el conductor presentó la segunda parte de los 14,000 millones de años transcurridos. De esta forma, el pre view mostraba los instantes más importantes de la pre-historia e historia humana -los últimos 3,000 millones de años- pasando antes por la aparición de los primeros anfibios y reptiles, marsupiales y mamíferos, primates y homínidos, así como por el tránsito del australopithecus al pitencantropus, hasta que 50,000 años atrás, se produjera el trascendente encuentro del hombre de Neanderthal con el hombre de Cromagnon, para finalmente arribar al inicio de la sociedad Homosapiens, hace tan solo 10,000 años. 

Entonces y antes que empezara la tercera parte, el Maestro se puso de pie para marcharse, cuando su discípulo le atajo diciéndole: “Maestro, te vas? te perderás lo mejor del show y los últimos 2,000 años, la historia del Homo sapiens sapiens!” 
A lo que el Maestro con suma paciencia contestó: “En verdad me interesa más la historia del Homo Futurus” 
“Pero esa historia nadie la ha producido aún en este universo” 
“Justamente, en este universo”, se retiró diciendo el Maestro 
“¿Entonces estás pensando realizar otro de tus fantásticos viajes por los multiversos?”, insistió el discípulo, pero el Maestro que no tenía pensado hacer ningún viaje más, sentenció: 
“Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera”