30 julio, 2013

La Biblioteca

Se encontraba el Maestro un día de visita en la biblioteca más grande del mundo. Mientras paseaba y revisaba algunos títulos de su interés, de pronto, un agradable y muy instruido joven, seguidor de sus inconvencionales conferencias, reconociéndole se le acercó.
"Maestro, jamás pensé encontrarte aquí y en medio de todos. Realmente necesitas leer todavía?"
Sin embargo, el Maestro terminando de revisar el texto que tenía en la mano, se dirigió a buscar otro para responder, como siempre, sin palabras.
"Maestro, disculpa pero es que no puedo creerlo. Pensé ya lo habías resuelto todo. ¿acaso no leíste ya lo suficiente?"
Entonces el Maestro movido por la simpatía y preocupación del joven, respondió:
En efecto he leído todo lo escrito y lo que no está escrito.
"Pero entonces, ¿porque estás aquí?"
Para descubrir lo que aún debe ponerse por escrito.
"No entiendo, ¿qué diferencia y beneficio habría en ello para ti?"
Aprender a distinguir lo que debo desaprender.
"¿Cómo podría yo lograr lo mismo?", pregunto enseguida el ambicioso investigador.
Muy sencillo. Solo tendrías que leer todos los libros que hay en este lugar.
En ese momento el joven mirando hacia los enormes e interminables corredores de la biblioteca, con sumo cuidado replico:
"Lo que dices es imposible. Deben de haber miles o millones de libros aquí. ¿cómo podría alcanzar leerlos todos?

Simple, solo con un par de anteojos.