01 mayo, 2013

Engaño

Durante la realización del 16.º  encuentro de los siete líderes continentales que se realizaba cada cinco años desde su creación en el año 2025, a raíz del inicio del cambio climático en la tierra, el Maestro fue invitado a formar parte del jurado que evaluaba con extremo rigor el cumplimiento de los acuerdos, muy a diferencia de las primeras y demagógicas reuniones de principios de siglo, con el objetivo de tomar nuevas y efectivas medidas que aseguren la sustentabilidad tan debilitada del planeta debido a la irresponsabilidad de la generación anterior.

Como era siempre su costumbre, tomó a uno de sus nuevos discípulos y salió de su habitación animado a caminar todo el rumbo hacia la gran concentración. Cuando llegaron a la salida del hotel, se toparon con el gobernante continental que presidía la asamblea, quien creyendo erróneamente que ambos habían salido a presentarle sus saludos, les dijo:
“No era necesario que se tomaran tantas molestias para recibirme y acompañarme”
“Se equivoca, señor presidente”, respondió el apresurado e inexperto joven.
“En verdad, es solo una gran casualidadpues ya salíamos de nuestro hotel”, terminó penosamente añadiendo y provocando un severo enrojecimiento en el rostro del poderoso anfitrión.

Más tarde y al acabar la primera jornada, el Maestro, que no había dicho una sola palabra durante aquel accidentado encuentro, llamó a su discípulo para decirle en privado:
“¿Por qué tuviste que decirle al presidente que no habíamos salido a recibirle y acompañarle?”
“Porque decir otra cosa no hubiera correspondido a la verdad de nuestra intención”, respondió muy principista el discípulo.
“¿Acaso no puedes ver tu torpeza y lo ridículo que se sintió por tu palabra y cabeza hueca?”
“Qué dices, no habríamos sido entonces culpables de haberle mentido y engañado?”, insistió el practicante.
“En absoluto le habríamos mentido tontuelo”, replicó el Maestro.
“Pero cómo… no lo entiendo?”

“Simplemente él se habría engañado a sí mismo… como siempre”