01 febrero, 2011

El Elegido

Se encontraban una vez reunidos muy al amanecer, el Buda, Krishna, Jesús y Mahoma, para la elección de un nuevo gurú que ayudase al mundo a encontrar el camino de la salvación de alguna manera más innovadora, pues a pesar de los gloriosos esfuerzos realizados y los milenios transcurridos, los hombres aún no encontraban el verdadero sentido de sus existencias. De pronto en medio del celestial retiro apareció el Maestro, quien por entonces era solo un pequeño de nueve años y que asombrosamente había logrado alcanzar la cima de la inmensa montaña que escogieron para la trascendental junta. Entonces uno a uno los Iluminados empezaron a preguntarle y él a responderles: ¿Cómo te sientes?, “Vivo” ¿Quién eres?, “Soy” ¿Qué buscas?, “Ser” ¿Cómo te llamas?, “Infinito” 

Maravillados por las respuestas del pequeño Maestro, todos empezaron a verle con divino potencial y a discutir la mejor estrategia de campaña para lanzarle como un nuevo Mesías, cuando de pronto el niño salió corriendo de en medio de ellos, completamente despavorido. En ese mismo momento el Buda comprendiendo el mensaje se puso al frente y dijo: “Acaso no hemos aprendido nada. Los Mesías solo han generado seguidores, fanáticos, ataduras, muertes y esclavitud de mentes y espíritus. Necesitamos un nuevo paradigma para este nuevo mundo, para estos nuevos hombres o quedaremos fuera de toda posibilidad, atrapados en nuestros modelos antiguos”,“¿Y qué propones?”, preguntaron todos. “Propongo seguir la enseñanza del niño, dejemos que sigan llenos de vida, no pierdan su identidad y que encuentren en sí mismos su verdadero gurú”, añadió. “Yo propongo no proponer a nadie”, dijo Krishna. “Yo propongo no sacrificar a nadie”, sentenció Jesús. “Y yo propongo no luchar más las batallas de nadie”, culminó diciendo Mahoma. 

Entonces el niño que se escondía detrás de una piedra, observándoles partir, dejo escapar cuatro lágrimas de alegría y un suspiro: “Dios”

DIES