02 agosto, 2010

El Mejor

Un importante industrial que gustaba rodearse solamente de los mejores especialistas del mundo, oyendo de la sabiduría y prestigio del Maestro, envío a su asistente personal para invitarle a visitar sus oficinas y charlar con él. 

El Maestro que sólo aceptaba estas solicitudes si podía llevar a sus discípulos consigo, escogió a dos de ellos y fue a encontrarse con el empresario. Este le recibió en la más suntuosa de sus oficinas y observando que ni él ni sus acompañantes lucían ni hablaban como los grandes expertos de fama mundial que solía contratar, quiso ser directo con sus expectativas: “He oído decir que usted es el mejor estratega conocido, ¿Cómo puede probar que ello es cierto, para que mis empresas acepten contratar sus servicios?” 
El Maestro notando el tono imperativo de su anfitrión, con mucha compasión le dijo: “Ciertamente estamos muy agradecidos por su invitación y amable atención, pero con todo respeto, ¿Qué le hace pensar que necesitamos probar algo a sus empleados?” 
El hombre acostumbrado a recibir centenares de afanosos solicitantes que deseaban trabajar con él, se sorprendió por la serena reacción del Maestro. 
Sin embargo reclamó: “Todo el mundo sabe que yo sólo contrato a los mejores, dígame una cosa: ¿es usted el mejor?” 
“Nuevamente quisiera saber, ¿Qué le hace pensar a usted que puede contratarnos?” 
“Me parece que está evadiendo mi pregunta o acaso no está seguro de su supuesta sabiduría?” 
“¿no será que usted aún no lo está de la suya?”, le contestó una vez más el Maestro. 
“Por última vez, le exijo una respuesta clara, ¿es usted el mejor del mundo?” 

Entonces el Maestro juntando las palmas de sus manos y cerrando los ojos, con sumo respeto se retiró diciendo: “Cuando se encuentre preparado con mucho gusto le enviaré a mis discípulos” 
Más tarde de vuelta en el templo, los discípulos muy apenados se preguntaban porqué el Maestro nunca respondió con la misma firmeza. Él observando sus pensamientos, les preguntó: “Si alguien así lo hiciera, ¿demostraría ello su grandeza o probaría justamente toda su pobreza?”